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DIARIO DE BODEGA
Las condiciones climatológicas del año 2012 han favorecido en las regiones más frescas el correcto desarrollo vegetativo de las variedades blancas debido principalmente a la ausencia de enfermedades, aunque esta pertinaz sequia también ha generalizado los desequilibrios en aquellas zonas donde no se ha podido regar o la insolación ha sido extrema, lo que ha producido significativas mermas de producción en algunas regiones.
El proceder para la vendimia de las variedades destinadas a la elaboración de blancos y rosados es similar a la de los tintos, una vez decidida la fecha de vendimia se procede a la vendimia manual o mecanizada y hasta llegar a bodega el proceder es idéntico hasta llegar al encubado de la uva. El blanco se elabora principalmente con variedades de uva blanca, pero también cabe la posibilidad de elaborarlo a través de variedades de uva tinta, en este caso obtendremos un “blanc de noir” o sea, un vino blanco procedente de uvas tintas.
¿Cómo es posible hacer vino blanco con uvas tintas?
La mayoría de la variedades de uva tinta localizan su color en la piel de la uva, y no en la pulpa, por lo tanto si generamos ligeras presiones sobre la uva podremos obtener un mosto 100% de su pulpa que carecerá de materia colorante, si aumentamos dicha presión podemos llegar a extraer los polifenoles de la piel responsables de colorear de forma ligera nuestro mosto, es entonces cuando cabe la posibilidad de decolorar dicho mosto hasta obtener un mosto “blanc de noir”. Esta práctica es habitual en los vinos espumosos como el champagne, donde es habitual degustar champagnes blancos donde encontramos la variedad pinot noir.
¿Qué diferencia la elaboración de tintos y blancos más allá del color de su uva?
Como anteriormente hemos indicado, la fermentación alcohólica se trata de la trasformación del mosto en vino. El vino es una mezcla hidroalcohólica cuyo origen es la transformación del jugo de las uvas a través de la fermentación realizada por las levaduras. En esta mezcla hidroalcohólica el agua constituye el 80-90%, el alcohol el 9- 15%, y tan solo 2-10% son otros compuestos, los cuales son en esencia el factor de definición de nuestro vino después de trasformar el mosto casi neutro. Estos compuestos, cuyo origen están bien en la uva, o son consecuencia de la transformación por parte de los microorganismos (levaduras y bacterias) junto con el alcohol, resultan ser los que definen cualitativamente nuestro vino.
¿Dónde encontramos estos compuestos?
Principalmente en el hollejo o piel, y la pulpa, ya que la pepita no es habitual que forme parte de la extracción, al menos de la correcta extracción; es por esto que durante la vinificación junto a la adecuada marcha fermentativa por parte de las levaduras, debemos preocuparnos por la extracción de aquellas sustancias que se encuentran dentro de la uva y nos aportan singularidad a nuestro vino. Pero en el caso de los vinos blancos y rosados la fermentación no se realiza en presencia de sus hollejos y partes solidas de la uva, por lo que la única forma de ceder estos compuestos es mediante la maceración previa a la fermentación, por tanto esta práctica, la maceración es un punto clave en la elaboración de estos vinos.
¿Qué es la maceración prefermentativa?
Los vinos tintos se caracterizan por fermentar los mostos en presencia de sus hollejos, responsables como hemos indicado de aportar color, aromas y otros elementos imprescindibles de nuestro vino. La uva una vez recepcionada en bodega y clasificada es estrujada para separar la fase liquida de la solida, y ya en forma de pasta de vendimia, es conducida al depósito macerador o bien a la prensa, para proceder a su macerado. El macerado se suele realizar en presencia de gases inertes como gas carbónico, nitrógeno y siempre en ausencia de aire que podría oxidar el mosto. Otras técnicas como la hiperoxidación se basan precisamente en este aspecto, es preferible en esta fase que todo elemento susceptible de oxidación se oxide para que posteriormente o se produzca el pardeamiento en la botella, pero este aspecto no es relevante ahora, ahora estamos hablando de la maceración y lo que esta técnica busca sacar de nuestra uva. La maceración se basa en el contacto de la fase solida y liquida durante un periodo de tiempo que puede ser desde 2-3 horas hasta 3 días, dependiendo el perfil buscado por el enólogo. Si las variedades son blancas obtendremos un mosto de uva blanca, si las variedades son tintas o mezcla de tintas y blancas, obtendremos un vino rosado que ira progresivamente aumentando en color según pasen las horas de maceración. Tras la maceración, el mosto con sus hollejos pasa directamente a la prensa, donde finalmente se separa el mosto que pasara a la siguiente etapa, el desfangado. El desfangado consiste en la decantación de los mostos, para retirar los restos sólidos de pulpa, pepita y hollejos que se encuentran en disolución y que son por lo general elementos negativos durante la fermentación alcohólica. Tras la decantación se realiza generalmente en tanques refrigerados que facilitan la sedimentación y preferiblemente al abrigo del oxigeno.
Tras el desfangado, se realiza el encubado en depósito hasta un volumen máximo del 90% del volumen total del depósito. En este momento del encubado, se realizan las correcciones oportunas que el técnico estime necesarias en función de los controles analíticos del mosto.
Una vez encubado el mosto, aproximadamente al 2º día, se inicia la fermentación alcohólica, la cual empieza de una forma lentísima, para posteriormente pasar por las fases de fermentación tumultuosa y fermentación lenta, hasta el total desdoblamiento del azúcar en alcohol. Durante dichas fases se deben hacer varios controles diarios de temperatura y densidad, y en función de dicha marcha fermentativa realizar las labores de remontados, manejo del control de la temperatura, etc. Una vez finalizada la fermentación alcohólica se procederá al desbaste de las lías pesadas y a juicio de la dirección técnica de la bodega se destinará el vino según calidades.
Un saludo
By 2vinos